ERA UNA PERSONA DE ESAS, QUE MURIÓ JOVEN COMO SOLO UN ALMA VIEJA PUEDE HACER...

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miércoles, 13 de octubre de 2010

MI ANTIGUA HABITACIÓN




Los años de infancia marcan para siempre a las personas. A mí me enseñaron a caminar despacio, a no alzar la voz y a dormir siempre con un ojo abierto.

Valiente no es el que no tiene miedo, sino el que se enfrenta a él.

Mi hermana Ana solía alardear de ser la fuerte de la familia. Sus ojos oscuros enfriaban un rostro cálido y delataban un corazón impasible. La verdad es que yo siempre admiré la forma en que luchaba con su espada cuando simulábamos ser piratas o lo rápida que era cuando hacíamos carreras y acabábamos exhaustas en el suelo con el vestido arrugado y los zapatos llenos de tierra.
Era la mayor, la que siempre tenía la última palabra, la que sabía lo que había que hacer en cualquier situación. Ana sabía que yo vivía aterrorizada y parecía divertirle la idea de hacerme sufrir.
Al cumplir los seis y ocho años respectivamente, nuestros padres decidieron que ya éramos mayores para dormir solas. A mi hermana Ana pareció entusiasmarle la idea pero a mí, un miedo paralizador me bloqueó. Tengo pánico a la oscuridad.

Nunca olvidaré la primera y única noche que pasé en mi nueva habitación. Mi padre la había habilitado tras años acumulando trastos .Aunque parecía agradable, yo sentía una soledad extraña al encerrarme en ella.
Un gran ventanal comunicaba mi habitación con la de mi hermana. Las paredes pintadas con ángeles no me daban la paz que necesitaba para conciliar el sueño.
Era como si me observaran y sonrieran al saber que dormiré sola, indefensa e intranquila.

Mis pequeñas manos se juntaban cada noche a modo de rezo . Pedía fuerza y valentía a un Dios que parecía no escucharme, no entenderme y mucho menos…ayudarme.

Al lado de mi cama había una gran lámpara con una cadena de la cuál pendía un cascabel. Si quería encender o apagar la luz sólo tenía que tirar de la cadenita.
Todo empezó cuando tras leer un cuento decidí apagar la luz.
Al cabo de unos minutos creí escuchar el pequeño cascabel. La lámpara se movía de un lado a otro haciéndolo sonar. Las sábanas se enfriaron repentinamente y sentí como alguien tiraba de ellas hasta hacerlas caer al suelo.
De repente un plástico en mi rostro me impedía respirar. Bocanadas de aire caliente que no conseguía hacer llegar a mis pulmones.
Apenas un grito inaudible y dejé de forcejear. Mis manos permanecían suspendidas en el aire, sujetas por alguien a quién no podía ver.
Sólo varias voces me rodeaban y susurraban entre sí.

Mi madre entró de repente en la habitación, encendió la luz y todo pareció volver a la normalidad. Las sábanas bien colocadas en mi cama, la lámpara quieta y todo en silencio.
Sólo mi rostro blanco y desencajado alertó a mi madre , a quién di un desesperado abrazo tras contarle lo ocurrido. Evidentemente no me creyó, pero me vio tan aterrorizada que no me quiso obligar a quedarme allí.
Desde el otro lado de la ventana Ana me miraba con el ceño fruncido, temiendo lo que iba a ocurrir. A partir de esa noche volvería a compartir habitación con ella.

Ana tampoco me creyó. Sabía que yo era muy asustadiza y eso en el fondo le divertía. Ella no temía a nada. De hecho, entró varias veces en mi antigua habitación, apagó la luz y gritó como si alguien le estuviera haciendo daño para mofarse de mí.

Durante las siguientes semanas tuve que acceder a sus chantajes para poder dormir con ella. El juego preferido de Ana era el “ Enciende y apaga”.
Consistía en que yo tenía que entrar en la habitación, cerrar la puerta, bordear la cama y tirar de la cadenita para encender la lámpara. Girarme para saludar a mi hermana que me observaba desde la ventana, volver a apagar la luz y salir despacio d la habitación. Si corría o gritaba me obligaba a repetirlo todo de nuevo. Una de las veces acabé el juego y volví a nuestra habitación .
Al darme la vuelta observé aterrorizada el rostro de varias niñas observando desde el otro lado del cristal. Me miraban furiosas, como si desde dónde estaba no pudieran hacerme daño. Ana no podía verlas, porque no las temía supongo, pero eran reales, eran seis o siete niñas encerradas en esa habitación esperando a que vuelva entrar para acabar conmigo.
Esa fue la última vez que jugamos.

Pasaron los años. Ana se casó y yo decidí marchar a estudiar a las afueras. Con el tiempo, aprendí a que todo lo que sentimos no tiene por qué ser real. La fantasía de un niño puede llegar muy lejos y hacer mucho daño sin apenas darnos cuenta.

Fue durante una de las visitas a casa de mis padres cuando vi que nada de lo vivido en la infancia fueron imaginaciones mías. Mi antigua habitación ya hacía tiempo que había vuelto a ser un viejo trastero y ya nada extraño parecía enturbiar el ambiente. Entré despacio, de puntillas y en silencio, como me había enseñado Ana.
Me acerqué al ventanal y allí lo vi claro. Los recuerdos se difuminan pero las marcas siempre quedan, como los múltiples arañazos que vi en la madera y las marcas de manitas en el cristal del ventanal de mi antigua habitación

21 comentarios:

Cantares dijo...

Mi hermano mayor que yo me hizo pasar mil penurias.
Es el deporte preferido de los hermanos mayores
Espero no recordar tu relato esta noche, fuí muy miedoza, ya no pero me trajiste unos recuerdos tremendos.
Besos

Rosalía Navarro dijo...

Un relato con todos los ingredientes para no dormir. Vaya, como te echo de menos aquí, en la blogosfera. Espero que estés bien porque tu imaginación y originalidad sigue intacta.
Besos wapa.

febade dijo...

Qué bien aúnas todo en tan poco espacio. La infancia, los juegos de hermanos, la crueldad cuasi-inocente de una hermana posesiva... Los espíritus.

Sólo me queda una duda:

¿Para cuando la novela?

Te necesito en mi imaginación, en las noches oscuras que me hacen soñar. Necesito de tu fantasía para seguir sintiendo el golpe seco del temor a lo desconocido.

Ficticia dijo...

Me ha encantado.

ANTARES dijo...

pufffff no se porque se me ha ocurrido leer la historia antes de irme a dormir, y más conociendote.....que vivo solaaaaa.............ahora veo sombras en todas las ventanas jajaja...no has perdido ni un apice de tu capacidad para estremecerme y mantenerme en vilo con tus fantásticas historias...toda una escritora si señor!!!!!!
un beso guapisima

Anónimo dijo...

buenisimo!!!!!!!!!

querida ...me ha gustado es parte donde dices que " valiente no es el que no tiene miedo si no el que se enfrenta a el.... es verdad y yo que pense que era el que no tiene miedo....


te dejo un besin enorme...

:) y gracias por estar
SAUVIGNONA

Unknown dijo...

Extrañaba la intensidad y suspenso de tus narraciones.
Es bueno leer a alguien que tiene la voluntad narrativa de hacernos temblar de miedo.
Abrazos entonces.

LaCuarent dijo...

Jo que miedo, esta noche luz tenue y mano de mi chico, la ventana bien cerrada.
Muy buen relato me ha encantado vengo a agradecer visita y a quedarme si me dejas
Un saludo y buen finde

Prometeo dijo...

Te vas superando, gran final...son las huellas d ela vida...un abrazo.

Samantha dijo...

Que arte tienes!!! Eres capaz de ponerme los pelos de punta con tus relatos! Geeenial!

Un abrazo!

blackeagle-italiano dijo...

Por un momento pense que lograban quedarse con ella en ese cuarto para la eternidad!!

Buen cuento!!!

Meiguiña dijo...

Como siempre me dejas un buen sabor de boca y con la tensión desde la primera línea hasta la última

Se te echaba de menos mi niña

Biquiños meigos

Niebla dijo...

me encanta el terror vaporoso de tu relato, tiene el mismo misterio de las muñecas de porcelana que parecen que te miran desde las esquinas, y que te siguen si le prestas la debida atencion...

A nena da legua dijo...

Uffff, yo no querría volver a mi habitación de la infancia, prefiero que se quede en el recuerdo, y sobre todo despues de leer este aterrador y maravilloso relato.
Un besote guapisisisima.

lisebe dijo...

Doncs a mí que vols que ert digui amiga meva aquests genere no es el meu però si et passas per el bloc de LISEBE t'en portes el regaalet encara que no facis el meme sé de sobras que ets la mes adient per rebre'l però com soc tan tonta per donar memes i premis us dfeixo a voslatres que ho agafeu em faría molta il.lusió.

Petonets estimada Fail

J.Eugenia Mares dijo...

Uff, me hiciste recordar temores que me llenaban de panico cuando era pequeña.
creo que no podre mirar hacia la ventana esta noche.
magnifico texto me tuviste al borde de la silla.
saludos

Anónimo dijo...

Hola Fail...tú debes ser la seguidora que tanto admira mi chica, sí eres tú. Y no me extraña pillina, escribes genial eso del terror.
Un besazo maja y nos seguimos.

AndrésIZS dijo...

Hola Fail:

Lo primero es agradecerte por seguir mi blog.
Lo segundo agradecer por tu comentario.
Lo tercero es agradecer POR EL GRAN RELATO!!!

QUE INCREIBLE MANERA DE ESCRIBIR!!!

Me ha encantado tu blog, me gusta muchisimo la forma de expresar que tienes.

Increible!

Desde yá tienes no tan solo un nuevo "seguidor" sino que además un admirador.

Saludos y que tengas un gran día!

Andrés Z.
http://luz-o-tinieblas.blogspot.com/

Arwen dijo...

Me recuerda a mis dos hijas que se llevan 18 meses y se llevan fatal...echaba de menos leer tus escalofriante relatos...escribes genial Fail...besitos envueltos en ternura...

Diabulus dijo...

Me encantan tus historias.
Un besito y volveré a verte pronto.

Adelina dijo...

Muy buen relato, escalofriante. Me da pena esa obligación de ir en silencio que te imponía tu hermana...

Un beso.