ERA UNA PERSONA DE ESAS, QUE MURIÓ JOVEN COMO SOLO UN ALMA VIEJA PUEDE HACER...

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domingo, 31 de mayo de 2009

HOY ME HAN CHUPADO LA SANGRE


Sí, sé que he puesto este relato en la sección de humor …aunque he de reconocer que debería haberlo puesto en terror, porque no veáis lo mal que lo pasé ese día!!
Esta es una pequeña muestra de los sucesos que me pasan habitualmente y que de vez en cuando me apetece teclear porque me parece que son cosas un tanto surrealistas en ocasiones y que sólo me pueden pasar a mi…
Nunca me ha gustado ir al médico, la verdad es que me resisto hasta que no me queda más remedio… Este año como regalo de aniversario pillé una gripe de camello, no la porcina, sino la de camello, que aún está por descubrir (seguro que soy el paciente cero).
No podía con mi cuerpo, dolor muy fuerte en el pecho, tos de perro, mocos exagerados, cefaleas, dolor al tragar e incluso al intentar gesticular (sin hablar del tono de voz a lo Paco Umbral que se me estaba poniendo) …en fin que estaba como para celebrar algo.
La cuestión es que voy a mi querido médico, de nombre Nemesio (no hace falta que os cuente nada más). Tras una ligera exploración que a mi modo de ver fue para hacer el “paripé”( para mí que todos sus instrumentos eran de juguete, en plan mediconova o algo así) el doctor se dispone a darme su veredicto: usted tiene un resfriado común. Toma ya, mi cara era un poema, pero claro, que le vas a discutir a un médico de familia…hasta Emilio Aragón hubiera visto que lo que tengo yo es gripe.
Aprovechando la visita, el simpático y cínico doctor decide mirar mi historial en el ordenador…
-Bufff…veo que no vienes mucho por aquí
-Pues intento evitarlo en la medida que puedo.
-A ver, súbete a la báscula
-Será broma…
Tras unos segundos de intercambiar miradas decido pesarme…
El doctor se acerca sigilosamente, a mi me caen gotas de sudor….
-Has aumentado de peso estos últimos años, has de perder 5 kilos..
- Bueno, llevo un pedazo de reloj, tal vez sea eso…
-Ni que fuera de pared, anda, bájate que aún me vas a romper la báscula.
Tras decir ese graciosísimo comentario me sonríe y me dice:
-Anda, no pongas esa cara, que no es para tanto, dietita un mes y ya está.
Nota mental: Ahora te abriría en canal de arriba a bajo pero hombre…no me pongas esa cara, te coso de nuevo, un mesecito en reposo y ya está….
En fin, genial…con gripe y gorda.

-Además veo que no te haces análisis de sangre desde el año 2003, te daré un volante y te los haces cuanto antes.

Salí de la consulta con la mirada perdida, ausente…y es que no hay nada en este mundo que me dé más asco y repelús que SACARME SANGRE!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Esta mañana a las 7:00h me ha sonado el despertador, pero no para ir a trabajar sinó para SACARME SANGRE…
Arrastrando los pies me he dirigido a la consulta. Me acerco al mostrador y pido número para los análisis. Me dan el número 46, con un poco de suerte seguro que van por el 3 y tengo un montón de rato para hacerme a la idea de lo que me van a hacer…
El pasillo está abarrotado de gente, yo paso tímidamente y pregunto por al puerta 5. No me da tiempo de acabar la frase que una enfermera del tamaño de “La Masa” dice:

-Si es para sacarte sangre nena pásate por aquí!
-Ya??????????????
La enfermera se limitó a levantar la ceja…
Me doy por enterada…entro de puntillas a la sala y veo una mesa larga con tres enfermeras a la cual más fea . Parecía aquello el jurado de operación triunfo.
-Buenos días señoras, les advierto que soy muy aprensiva a sacarme sangre e igual me desmayo.
-Si bueno, tú mira hacia otro lado
-Ya, pero no lo entiende, eso da igual es que me da mucho asco…flojeo y me caigo.
-A mi también me dan asco muchas cosas y no me desmayo, no pasa nada.

En ese momento se me ha empezado a hinchar la vena del cuello…me daban ganas de decirle:
- Ah sÍ ???? Y esto te da asco? Y escupirle en toda la cara!! Y seguramente te darán asco las cucarachas, pues bien, imagínate una enooooooooooooooooorme salivando encima de tí y yo te digo que no mires, que no pasa nada….
Pero en lugar de decirle eso le digo:
-Bueno pues no miro (que gran personalidad tengo)
-Nena estira el brazo que lo tienes como un chicle, ponlo tieso para poderte pinchar la vena
-Diossssssssssss!!! Puede callarse??? No me diga esas cosas que me desmayaré.
- Así no se puede trabajar, esta nena no pone bien el brazo (las otras dos enfermeras se miran entre si riéndose)
-Pero quieres poner bien el brazo?
-¿Y qué quieres que le haga si es superior a mi???????????? Mira que me grito ehhhhhhhhhh???? ( me entraban ganas de hacerme la muerta para que me dejara en paz, pero tal vez hubiera sido peor, esta tía seguro que me extrae los órganos allí mismo, aún caliente….)
Seguramente en ese momento habré puesto los ojos en rojo o algo así porque la mujer se ha callado y se ha limitado a pincharme.
-Anda ya estás vete
Y la tia me deja así, con un algodón presionando….puaaaaaaaaaaaaaj que asco. He bajado las escaleras como si me hubiesen quitado un riñón, a mi paso veía como me miraba la gente con compasión creyendo que me habían hecho algo súper grave…
En fin, ahora hasta dentro de seis años o más!! Lo único bueno es el desayuno que me he metido entre pecho y espalda porque tenía que recuperar fuerzas…así que la dieta tendrá que esperar!!

sábado, 30 de mayo de 2009

ARAÑAZOS EN LA NOCHE


Soy una apasionada de la noche, es entonces cuando escribo, cuando dejo llevar mi imaginación y pienso en innumerables historias, a veces románticas, otras de aventuras pero en ocasiones, las historias más ciertas pueden ser las más macabras…
Esta noche, voy a relatar un hecho real , tan real como la sangre que corre por mis venas. Sangre que ahora siento distinta y mi corazón ya no late como antes.
Aquella tarde regresé temprano a casa, me apetecía acomodarme en el sofá con una buena taza de café humeante. Tumbada, podía ver a través de la ventana el monte mojado por la lluvia que no había cesado desde el amanecer. Así, absorta en mis pensamientos transcurrieron las horas hasta que me di cuenta que ya era tarde, la oscuridad se había adueñado de la sala. Me incorporé despacio, encendí la luz y me preparé para acostarme, después de todo había tenido una mañana ajetreada y necesitaba descansar.
Al entrar en la habitación, me extrañó algo, no sabría deciros el que, simplemente no la noté tal y como yo la había dejado arreglada. Descorrí las cortinas, abrí las ventana para respirar el frío aire de invierno, el olor de tierra mojada me hace sentir bien.
A lo lejos, creí ver la silueta de un gato negro, estaba sentado encima de un muro y se estaba empapando. Siempre creí que los gatos odiaban el agua…
Me sorprendió el descaro con el que de repente, el animal se giró hacia mí, como si supiera que lo estaba observando. No pude verlo con claridad, pero me pareció notar algo extraño en su mirada.
Me acosté, las sábanas estaban muy frías y me encogí en posición fetal. Al apagar la luz sentí un escalofrío. Algo me decía que no iba a ser una noche tranquila…
Pasaron horas pero yo no podía dejar de dar vueltas en la cama. De repente, ocurrió. Sentí unos arañazos justo a mi lado, alguien o algo estaba rascando la almohada. Me quedé paralizada por el miedo, no me atrevía ni a gritar. Muy despacio alargue el brazo para encender la luz y entonces fue cuando lo vi. No podía creer lo que estaba pasando. A los pies de la cama , de espaldas a mi ,agazapado en la noche estaba el gato que antes había visto. No pude reaccionar a tiempo, al intentar incorporarme, el animal dió un salto hacia mi e hincó sus afilados dientes en las venas de mi antebrazo. Mis gritos rayaron la locura cuando , mientras el animal sorbía con ansia mi sangre, me miró fijamente. Sus ojos, sus enormes ojos eran…humanos.
Desmayé de pánico y de dolor . Al despertar no había ni rastro de aquella criatura abominable, pero las marcas de mi brazo me recordaron que aquello no había sido una pesadilla, sinó una historia real, tan real como la sangre que corre por mis venas.

jueves, 28 de mayo de 2009

TELARAÑAS EN EL CORAZÓN


Sentada, junto a la ventana, miro hacia el lago. Pensativa, dibujo un corazón en el cristal porque así atraigo a las almas buenas… me hacen compañía en tardes como hoy.
Que deprisa pasan las nubes, el viento las desplaza haciéndolas bailar por el cielo mientras yo aquí abajo, todavía te echo en falta….
No puedo hablar, no tengo palabras para describir la sensación de ahogo, de pena y desasosiego que siento al mirar hacia atrás. Recuerdos muertos que viven en mi corazón.
Estuve tan cerca de ti…rocé tu piel al menos una vez y sentí el tacto que tienen los Dioses. Me amaste, lo sé, pero te fuiste y yo te sigo esperando.
Me evado para poder seguir viviendo porque sé que aquí sola, en la casa del lago, moriré de pena…pensando en ti, alargando la mano para intentar alcanzar la tuya…ausente.
Las rosas del jardín se marchitaron hace tiempo, como mis manos, como mi ser. Mi rostro se ha ido cubriendo de telarañas que no me dejan ver más que mis recuerdos junto a ti.
Te sigo siendo fiel en cuerpo y alma, a mis años. Cada tarde bajo hasta el umbral de la casa y me siento a leer, esperándote. Cada vez que alzo la vista te imagino de pie sonriendo al verme…
Mi cansado y anciano corazón hace esfuerzos día tras día por latir, lo oyes tú? Yo ya…no puedo.

martes, 26 de mayo de 2009

PARA SIEMPRE




Ellos se miraron, entrelazaron sus manos y ella le susurró al oído:

-¿Quieres que me quede?

-¿Para siempre? ¿conmigo aquí abajo?

Ella asintió.

-Claro mi amor, me encantaría...

Juntaron sus labios y cerraron el ataúd...

TE ESPERO ABAJO




El infierno está en este mundo, quizás más cerca de lo que podamos pensar. Puede que algún día las almas despierten de su letargo y nos muestren el camino hacia su sufrimiento. El mío, está ahí abajo, en las entrañas de la oscuridad, en las penurias de los seres que me llevan hacia el abismo. Cuidado, siento que estoy cerca, la caída será inevitable, improrrogable y catastrófica. No cojas mi mano porque la soltaré, no me pidas ayuda porque no te auxiliaré… después de todo soy una de ellos. Quédate a mi lado, quiero verte trepar por las paredes húmedas del cementerio profundo, quiero ver como clavas tus uñas en la piedra tosca y cruel, que se desprenderá del cemento para verte caer, conmigo, con todos, ahí abajo. Mientras, te esperaré, porque si yo soporto el dolor es porque sé que jamás cesará el tuyo, porque sé que nunca te librarás de las cadenas que envolverán tu espíritu .Guárdate de dar un paso en falso, porque están al acecho. Saben que tarde o temprano irás a su encuentro y entonces, al final serás juzgado, condenado a vivir entre sombras. La oscuridad me acompaña y tú pronto también lo harás…mientras, te espero abajo.

Adrede





Nunca creí en las casualidades. La vida, en ocasiones, tiene preparado para nosotros un destino maquiavélico y sobrecogedor. A veces, cuando uno ve su futuro turbio e incierto cree que son malas rachas, que tal vez la vida dará un giro excepcional y todo será diferente…Eso nunca me sucedería a mi, para entonces yo no sabía que mi destino ya estaba claramente marcado.
Vivo sola, en una casa a las afueras de la ciudad. Mi vida transcurre monótonamente, no tengo sueños ni aspiraciones, simplemente me dejo llevar. Nunca me casé y no precisamente por falta de ocasiones, simplemente porque nunca necesité a alguien a mi lado. Mi personalidad solitaria me obliga a divagar horas enteras sobre la vida, las personas y las circunstancias de cada uno. No soy pesimista, nunca me consideré de ese modo, pero un aura de melancolía y malestar se apodera de mi día tras día.
Por las noches, las sombras acuden a mi cabeza. Las almas perdidas ofuscan mis pensamientos e invaden mis sueños. Como victima de una novela de terror mi vida se debate entre la realidad y lo surrealista. Nadie me creería si contara los secretos que los espíritus me cuentan. No se trata de prestarles ayuda, que va, ojalá fuera tan sencillo. Ay, si me permitieran escucharlas sin más e intentar satisfacer sus ansias de dejar resuelto lo que en vida no pudieron. Jamás desearé a nadie lo que pasé.
A drede, esa es la expresión que más se asemeja a lo que quiero expresar. A drede iban a por mi, a drede me obligaban a arañarme en sueños y a dejar de respirar unos minutos hasta que mis pulmones no podían más y yo, luchando por mi vida, conseguía una bocanada de aire que me hacía reaccionar y abrir los ojos. A drede querían acabar conmigo. Porque si, porque se les antojaba divertida la idea de acabar con alguien.
Mi locura pasó de ser transitoria a tangible e inevitable ya no sabía dónde empezaba la realidad y el sueño .Día tras día mi mirada perdida y mis ojeras me delataban. El espejo me devolvía una imagen totalmente dantesca.
Una fría noche de invierno, las almas decidieron que tenía que unirme a ellas. Hacía ya tiempo que mi suicidio estaba más que anunciado. Tarde o temprano mi pesadilla tenía que acabar, aunque quizás deba decir que todo empezaría de nuevo. Me levanté de la cama y como una autómata me enrosqué una cuerda al cuello, me ahorqué en la sala dónde tantas veces había estado pensando en que quizás, un golpe de suerte haría que mi vida cambiara radicalmente. Hora de la muerte: 2:22h. La maldad existe y nadie está a expensas de ella, quizás tú puedas ser nuestra próxima victima, porque sí, porque a drede iremos a por ti.


ELISABET

lunes, 25 de mayo de 2009

Vivo y muero en el mar




En un pueblo costero cae la noche. El viento sopla con fuerza, la playa se va quedando desierta y las luces de las casas se encienden tímidamente. En una de esas blancas casitas vive Miguel, un viejo pescador que aún a sus ochenta años se sigue emocionando cada vez que desde su ventana ve el mar, su amado mar... El vaivén de las olas le recuerda a Teresa, la que fue el gran amor de su vida durante más de cincuenta maravillosos años. Hace dos meses, una terrible enfermedad se la arrebató y Miguel cada noche soñaba con reencontrarse con ella, abrazarla una vez más, sentir su perfume, el tacto de su piel. El anciano no podía dejar de llorar cuando recordaba las dulces palabras de Teresa en su lecho de muerte. -No sufras Miguel, mi amor, algún día volveremos a estar juntos. Igual que las olas del mar no pueden detenerse, mi corazón tampoco lo hará, ni ahora ni nunca. Cierra los ojos y escucha. Sólo estaré dormida, será mi profunda respiración la que se mezcle con el oleaje. Sus manos marchitas acariciaban una y otra vez la fotografía de Teresa, que descansaba en la mesita de noche. El corazón de Miguel se hacía cada vez más pesado, cada latido era un pulso a la vida, una vida que ya no deseaba si no era junto a su amada. Mientras el pueblo dormía, la luna iluminaba la soledad de Miguel, que ahogaba su llanto contra la almohada. Transcurrían las horas, y el anciano, impotente ante el rugir del oleaje, sentía que Teresa lo llamaba, que podría dormir plácidamente junto a ella. Sin pensarlo dos veces, Miguel se levantó y decidió bajar a la playa .Una vez allí se quitó la ropa y avanzó lentamente hacia la inmensidad del mar. Sus pies desnudos se hundían en la fría arena y las olas acariciaban su piel. Mientras su cuerpo se adentraba en el agua, Miguel sentía una sensación de calidez infinita, una agradable plenitud que jamás pudo haber imaginado. Sus ojos se entornaron al percibir unas manos en su pecho, notó de nuevo en su piel las anheladas caricias de Teresa. Extendió los brazos, y juntos entrelazaron las manos con fuerza. Miguel no podía más que llorar de felicidad. Por fin podría volver a estar junto a su amada. De repente, la marea comenzó a subir, las olas rompían violentamente contra las rocas. El mar enfureció, no podía permitir que el sueño de un mortal se hiciera realidad. Las almas que en él habitaban las elegía caprichosamente. El oleaje desencajó de nuevo las manos de los enamorados y expulsó con fuerza al anciano dejándolo abatido en la arena, tumbado, ya sin aliento. Murió en apenas unos segundos al sentir de repente la desesperación tan grande de perder de nuevo a su amor. Los gritos de dolor de Teresa se oyeron por todo el pueblo. El mar había sido testigo de su encuentro y causante de su separación eterna.
ELISABET